Sistema Mínimo Viable

Modelo de sistema operativo como diseño organizacional – Staford Beer

Una red neuronal o sistema no resuelve problemas sabiendo una sola respuesta, las resuelve a través de la experimentación y de la retroalimentación incesante.  A través de mi propia obra trato de abordar mis propios desafíos de una manera adecuada a su complejidad.

En lugar de pensar en lo que debería de haber hecho cuando no logro un objetivo trabajo en aceptar cómo están siendo las cosas, y procuro organizarme con la finalidad de llegar a tomar medidas reales que aborden de forma crítica y realista como son mis propias relaciones con el resto de seres vivos y con las cosas, tomando conciencia de mi capacidad de cambio.  

El proceso que impera y que mayormente es el aprendido en las sociedades humanas para la resolución de problemas consiste en encontrar una solución y luego ejecutarla, ir de A a B, esta visión de la realidad simple y lineal, en situaciones de complejidad, como es la vida, falla. Para llegar a la causa raíz de mis propias dificultades vitales parto de la necesidad de logar serenidad, el acto de ponerme a triar los asuntos prioritarios suele crear ciertas resistencias y me lleva un tiempo, pero hacerlo contribuye a resolver cuestiones vitales que son decisivas para nuestro propio bienestar.

Solo así, conociendo cuáles son mis objetivos, nombrándolos, enumerándolos y planificando acciones puedo llegar a realizar las acciones y gestiones oportunas que materializan los cambios que quiero ver en mi vida. 

Al abordar a un problema, el que sea que creo que es preferente, no sé con certeza si la respuesta que le doy será capaz de solucionarlo, lo que sí sé es que mis actos deberán ser acordes a la respuesta que yo misma espero ver, como posible solución. He de renunciar a la certeza, pues la vida es un cambio constante, un flujo continuo de entradas y salidas cuyas relaciones causales rara vez se pueden predecir. La única certeza que tengo es que todo es cambio.  De modo que al aproximarme a diversas cuestiones , empleo este mismo prisma.

Pensar y organizarme de forma no lineal, implica cierto caos, o asumir que no se tiene todo el tiempo el control sobre lo que acontece. El hecho de que en la actualidad sea consciente de ello me lleva a emplear tiempo en reflejar mis objetivos vitales, como si se tratara de un proyecto de vida, al hacer la planificación me hago responsable de mi propio contexto, y asumo que tanto mi realidad como la de los demás, flota en un mar de posibilidades dinámicas. Tener la certeza de esto, a nivel emocional no es simple. Sin embargo sí mi respuesta al ideal o deseo, resulta adaptativa al acontecer, a lo revelado, especialmente cuando es hostil, representa una meta a la que llega, en particular al convertirse en una forma de ser.  

El cambio consiste en el abandono de esa visión lineal, el cómo ir de A a B para darle una respuesta inmediata. Por el contrario, al plantear el abordaje de múltiples y diversos objetivos desde los que se pueden revelar a una única solución, pero también diversos desenlaces, de forma estacionaria para cada uno de ellos. Desde esos recursos dinámicos, al captar las respuestas que recibo a cada acto o relación, si éstas son generadoras de cambios, llego a percibir etapas de transición a nuevos estados y apreciar transformaciones. Las variaciones persisten tanto dentro como fuera de mí misma, suceden a múltiples niveles y escalas, en muchas áreas diferentes de la vida. Esa, es la tarea en la que me encuentro absorta. Cada cambio continuo en mi vida, sigue también en la existencia de la de los demás, esta transformación llega o puede llegar a mí en forma de información, de materia o de energía. Dinámicas que, en el caso de interacción con mi realidad percibida, alimentan mi siguiente respuesta y ésta a su vez la de los demás ,es perpetua, nunca se detiene, hasta que la vida expira.

Es en ese cambio progresivo en lo que vengo trabajando desde el año 2006, es en lo que trabajo ahora y es en lo que seguiré trabajando a diario, en la planificación adaptativa. Es, sobre todo, un cambio de enfoque sobre como percibir la realidad.  A las interconexiones entre las partes es a lo que debo de prestar atención. Importan porqué son las que activan el cambio.  

No hay una sola respuesta correcta, ni una sola solución para enmendar todas las cosas, pero al menos, mis acciones procuran ser sustentadoras de vida. Al crear una síntesis perceptual de mi situación vital, a través del análisis de lo que yo considero metas o fines, éstas pueden tomar la forma de actitudes vitales o soluciones sostenidas y son el medio para llevar una vida sana o cuanto menos viable, defendible, razonable. De esta manera tomo responsabilidad de la falsa ilusión de control, como un denominador sobre el devenir de la vida, al que otorgarle gran valor.